Mientras va pasando el tiempo, y vamos creciendo, nuestros intereses van cambiando, sin embargo, hay algo que siempre se mantiene constante en el tiempo y es que sin importar en qué fase de nuestra vida nos encontremos, la búsqueda del bienestar siempre estará presente.
Si le damos un vistazo un poco más de cerca al concepto general de bienestar, encontraremos referencias de un estado de satisfacción y tranquilidad personal que suele ser alcanzado a partir de condiciones físicas y mentales correctamente satisfechas, es justamente sobre éste campo que ahonda a la neurocosmética.
Durante muchos años la cosmética se ha encargado de combatir contra factores externos que afectan nuestra piel como lo son el exceso de radiación, calores o fríos intensos, la polución, etc, sin embargo, el estrés, la ansiedad, la excitación o la vergüenza no sólo le dan un tono diferente a nuestra piel, sino que también inducen sensibilidad a la misma, de hecho, determinadas alteraciones o afecciones cutáneas se agravan o mejoran con ciertos estados emocionales.
Nuestra piel es un reflejo de nuestro interior y es algo que se ha venido reconociendo, en ámbitos científicos, en los últimos años. La nutricosmética es un vivo ejemplo, estudia aquellos alimentos o suplementos alimenticios con fines cosméticos favorables. Así mismo nace la neurocosmética, de aquella relación (ya conocida) que basa su estudio en que el cerebro y la piel están conectados.
El mecanismo de acción de los cosméticos que entran dentro de ésta categoría deben cumplir con la excitación de las terminaciones nerviosas de la dermis, que en consecuencia, le enviarán señales a nuestro sistema límbico, el cual regula las respuestas fisiológicas y emocionales de nuestro cuerpo. El concepto de la neurocosmética aún está en construcción, sin embargo, son cada vez más los estudios que se realizan sobre estos ingredientes y su acción terapéutica.
Dentro de los más destacados hasta el momento, podemos encontrar:
1) Extracto de Francoincienso: potente antiinflamatorio que ha demostrado regular el cortisol y, en última instancia, restaurar el colágeno.
2) Extracto de raíz de Rhodiola rosea: poderoso antioxidante que estimula la producción de beta-endorfinas para mejorar el estado de ánimo y reducir la tensión.
3) Extracto de oleorresina de copaiba: contiene grandes cantidades de beta-endorfinas que interactúan con los receptores de cannabinol en el cuerpo que liberan las beta-endorfinas.
Se predice que la cosmética natural tendrá mucho que ver en el desarrollo de estos neurocosméticos al basar sus formulaciones en activos naturales cuya acción, en su mayoría, resulta terapéutica y al OrglizLab le encanta esta predicción! Nuestra marca, desde el principio, apuesta por el bienestar de la piel a raíz de buenos hábitos y nutrición, rituales, ejercicios, etc, por lo que nos unimos a estas investigaciones para ofrecerles, en un futuro no muy lejano, los beneficios de la neurocosmética bajo el nombre de nuestra marca.